Y justo ahí, donde puedo separarme del mar cenital
se me cae toda tu mirada encima
empapándome.
De pies a cabeza tus ojos me ruedan
y tus pupilas se ensanchan
hasta convertirse en un pozo
sin fondo
que me pervierte el romanticismo.
- Quiero a alguien que sea un universo -
le dijiste a la lluvia
y estúpida y enamoradiza como soy
solo pensé
- Aquí estoy -
Niño infernal, de tanto lloverme encima,
de tanto rodar tus ojos por mi cuerpo
de tanto tragarme con tu universo corazón
ya no me estás viendo
te estás quedando ciego.
No notas que te adoro
y te odio
por no notarlo
y te amo
por ser tan despistado,
y me patea que
sigas teniendo ojos
solo para ella.
