domingo, 1 de febrero de 2015

Inquietud

Me duele la poesía que cuelga de estos huesos secos.
Te siento tan mío cuando nos miramos
tan mío cuando hablamos
somos uno al abrazarnos.

Me duele el viento que corre por tu cabello
envidio que él pueda enredarte sueños en la cabeza
y que yo tenga que conformarme con mirarte y sentirte mío.

Lloro el sol que te besa la piel
lloro porque él te susurra sus secretos todos los días
mientras yo debo conformarme con hablarte,
sonreírte y sentirte mío.

¿Qué será lo que inquieta tu corazón?
al reposar mi cabeza en tu pecho, deseo
saber lo que guardas dentro de ti...
pero debo conformarme con abrazarte
y sentirte mío... sentirnos uno.