domingo, 14 de junio de 2015

A precio de venganza

El día que logré purgar mi corazón
del frío que dejó su partida,
sentí al fin que su ausencia no me dolía
y dejé que mi corazón danzará feliz
por campos verdes, azules y margaritas.

Como si mis manos fueran banderas,
dejé que se agitaran al viento
y mi garganta, gritando un salvaje adiós
pudo romper el silencio.

La dulzura y la luz me invaden
a precio de venganza.

La fortuna me sonríe,
las enredaderas me bailan
las ansias se me derriten y
tus besos me calman.

La noche, oscura como el pecado
reposa en tus ojos
y con el corazón latiendo desbocado
puedo asegurar que soy mucho más feliz
desde que estás a mi lado.