miércoles, 3 de octubre de 2012

Blasfemia corpórea

Yo te blasfemo el cuerpo.
Te deseo a gritos,
desde la quietud del alma.
Te muerdo un horizonte
a kilómetros de sueños.

Te imagino desnudo frente a mi,
gritando tu rebeldía,
añorando tu niñez sagrada.

Yo blasfemo tu cuerpo, sin culpa.
En añoranza eterna de todo lo que tuvimos,
te blasfemo porque te deseo,
como el mar desea al cielo.

Te blasfemo y te beso.
Como un beso en observación
es tu razón,
eres sagrado en el infierno
porque llevas la lujuria en tus pestañas.

Me blasfemas y te blasfemo
con ganas y rapidez,
de tarde, de noche
de celeste y verde
con el mar a nuestros pies
con la pasión amarrada a tu cintura.

¡Ven! con tinta blanca blasfema mi cuerpo.