Sentémonos, hablemos del día
de eso que empieza cuando nos miramos
de aquello que termina cuando nos encontramos.
Hablemos del día, de las nubes y las rocas
hablemos de todo, hablemos boca con boca.
Hablemos del día brillante
y de ese que prefiere no brillar tanto,
hablemos también de nuestras manos nerviosas
que se buscan sin descanso.
Ven, sentémonos, hablemos del día
de todo lo que desfiló frente a nosotros
y de todas las veces que tu nombre
hizo eco en mi rutina.
Háblame de tu día, quiero saberlo todo
que adoleces, que respiras
lo que ríes y lo que gritas.
Te hablo de mi día
y en cada palabra te reflejo,
estás presente a cada instante,
tus curvas en mi mente
de manera constante.
Al final, en la noche
con el mundo oscureciendo
el frío acechando y nuestra cercanía creciendo
sentémonos, hablemos del día,
muero por escucharte
y saber que me amas todavía.